Como iba diciendo en la primera parte de este reportaje (en el que, por cierto, no pone nada del concierto en sí, sino sólo anécdotas y desvaríos varios sobre el día anterior y las horas previas al concierto) las muchas y largas horas de cola en la puerta de la sala tuvieron su recompensa, y tras una breve carrerita (en la que, gracias a Dios, vi aquellos traicioneros escalones a tiempo) conseguimos situarnos en segunda fila y justo en el centro. ¡Al fin!
Hasta la próxima parte, que espero que llegue pronto.
Tras unos veinte minutos de espera salieron al escenario los franceses Adagio, que dieron un concierto más que decente, pese a que el sonido no les acompañó del todo, sobretodo en los primeros temas. La batería y el bajo estaban demasiado altos, y en muchos casos ahogaban a las guitarras y sobretodo a los teclados. Y las voces también se habrían visto afectadas si no llega a ser por el impresionante chorro de voz de Mats Levén. El vocalista sueco (con un extenso currículum al frente de bandas como Yngwee Malmsteen, At Vance o Therion) venía sustituyendo al recientemente expulsado Christian Palin, y la verdad es que encajó muy bien con el estilo del grupo, y a la vez le dio un toque más heavy a la complejidad progresiva de la banda. Su habilidad como frontman es indudable, y consiguió animar bastante al público.
Mats Levén y su increíble chorro de voz.
Los franceses empezaron con Vamphyri, todo un trallazo de su último álbum, Archangels In Black, al que dieron bastante protagonismo. Desde el principio, y pese a los citados porblemillas técnicos, todos demostraron que venían con ganas y dispuestos a aprovechar bien su tiempo en escena. Siguieron con Fear Circus, cuyo estribillo fue uno de los más coreado por el público, probablente porque muchos nos habíamos estudiado en casa el videoclip de dicho tema.
Sonó también Dominate, donde el gran guitarrista Stéphan Forté se lució, tanto en el solo (a siete cuerdas, por cierto) como en las voces guturales. No logro entender por qué ninguna de las crónicas que circula por ahí no dice nada de que tocaran The fifth ankh... es el tema que más me gusta de lo poco que conozco de Adagio, y puedo asegurar que sí la tocaron. Y para muestra, un botón. O mejor aún, un vídeo. Sé que la calidad no es la mejor, pero es todo lo que mi pobre cámara fue capaz de dar de sí.
Stéphan Forté jugueteando con sus siete cuerdas.
Sonó también Dominate, donde el gran guitarrista Stéphan Forté se lució, tanto en el solo (a siete cuerdas, por cierto) como en las voces guturales. No logro entender por qué ninguna de las crónicas que circula por ahí no dice nada de que tocaran The fifth ankh... es el tema que más me gusta de lo poco que conozco de Adagio, y puedo asegurar que sí la tocaron. Y para muestra, un botón. O mejor aún, un vídeo. Sé que la calidad no es la mejor, pero es todo lo que mi pobre cámara fue capaz de dar de sí.
He comentado ya que Mats Levén estuvo impresionante en las voces, y que Stéphan hizo notar su maestría en más de una ocasión. Pero quería citar también al bajista Franck Hermanny (que por cierto, me ha pedido el video que veis arriba para usarlo en los video-diaries que él mismo se encarga de hacer :D), que machacó sin descanso las seis cuerdas de su bajo (sí, ¡he dicho seis!), y al teclista Kevin Codfert, que luchó contra los problemas técnicos para hacer oír sus teclados
Kevin con cara feliz, y Frank golpeando las seis cuerdas.
Los franceses cerraron con Fire Forever, uno de sus clásicos, bastante coreado, y que dejó un buen sabor de boca a los presentes. Sin duda no pasaron desapercibidos aquella noche, y seguro que se ganaron más de un nuevo seguidor dispuesto a verles cuando se vuelvan a pasar por España. Al fin y al cabo, ¡les queda bastante cerca!
Hasta la próxima parte, que espero que llegue pronto.
Todas las fotos aquí.
Parte III: Leaves' Eyes*
Parte IV: Kamelot*
*NOTA: Las partes 3 y 4 nunca llegaron a ser escritas por diversas circunstancias, entre ellas el abandono temporal de este blog.