20/4/10

Kamelot + Leaves' Eyes + Adagio (Parte II: Adagio)

Como iba diciendo en la primera parte de este reportaje (en el que, por cierto, no pone nada del concierto en sí, sino sólo anécdotas y desvaríos varios sobre el día anterior y las horas previas al concierto) las muchas y largas horas de cola en la puerta de la sala tuvieron su recompensa, y tras una breve carrerita (en la que, gracias a Dios, vi aquellos traicioneros escalones a tiempo) conseguimos situarnos en segunda fila y justo en el centro. ¡Al fin!

Tras unos veinte minutos de espera salieron al escenario los franceses Adagio, que dieron un concierto más que decente, pese a que el sonido no les acompañó del todo, sobretodo en los primeros temas. La batería y el bajo estaban demasiado altos, y en muchos casos ahogaban a las guitarras y sobretodo a los teclados. Y las voces también se habrían visto afectadas si no llega a ser por el impresionante chorro de voz de Mats Levén. El vocalista sueco (con un extenso currículum al frente de bandas como Yngwee Malmsteen, At Vance o Therion) venía sustituyendo al recientemente expulsado Christian Palin, y la verdad es que encajó muy bien con el estilo del grupo, y a la vez le dio un toque más heavy a la complejidad progresiva de la banda. Su habilidad como frontman es indudable, y consiguió animar bastante al público.

Mats Levén y su increíble chorro de voz.

Los franceses empezaron con Vamphyri, todo un trallazo de su último álbum, Archangels In Black, al que dieron bastante protagonismo. Desde el principio, y pese a los citados porblemillas técnicos, todos demostraron que venían con ganas y dispuestos a aprovechar bien su tiempo en escena. Siguieron con Fear Circus, cuyo estribillo fue uno de los más coreado por el público, probablente porque muchos nos habíamos estudiado en casa el videoclip de dicho tema.

Stéphan Forté jugueteando con sus siete cuerdas.

Sonó también Dominate, donde el gran guitarrista Stéphan Forté se lució, tanto en el solo (a siete cuerdas, por cierto) como en las voces guturales. No logro entender por qué ninguna de las crónicas que circula por ahí no dice nada de que tocaran The fifth ankh... es el tema que más me gusta de lo poco que conozco de Adagio, y puedo asegurar que sí la tocaron. Y para muestra, un botón. O mejor aún, un vídeo. Sé que la calidad no es la mejor, pero es todo lo que mi pobre cámara fue capaz de dar de sí.


He comentado ya que Mats Levén estuvo impresionante en las voces, y que Stéphan hizo notar su maestría en más de una ocasión. Pero quería citar también al bajista Franck Hermanny (que por cierto, me ha pedido el video que veis arriba para usarlo en los video-diaries que él mismo se encarga de hacer :D), que machacó sin descanso las seis cuerdas de su bajo (sí, ¡he dicho seis!), y al teclista Kevin Codfert, que luchó contra los problemas técnicos para hacer oír sus teclados

Kevin con cara feliz, y Frank golpeando las seis cuerdas.

Los franceses cerraron con Fire Forever, uno de sus clásicos, bastante coreado, y que dejó un buen sabor de boca a los presentes. Sin duda no pasaron desapercibidos aquella noche, y seguro que se ganaron más de un nuevo seguidor dispuesto a verles cuando se vuelvan a pasar por España. Al fin y al cabo, ¡les queda bastante cerca!

Hasta la próxima parte, que espero que llegue pronto.


Todas las fotos aquí.

Parte III: Leaves' Eyes*
Parte IV: Kamelot*



*NOTA: Las partes 3 y 4 nunca llegaron a ser escritas por diversas circunstancias, entre ellas el abandono temporal de este blog.

13/4/10

Kamelot + Leaves' Eyes + Adagio (Parte I: Las horas previas)

Habíamos llegado a Madrid el día de antes del concierto, lo que nos permitió ver la gente que abarrota las calles de la capital en un sábado festivo y en plena Semana Santa: miles de turistas hablando otros idiomas y haciendo fotos a todo, y prácticamente ningún madrileño a la vista. Después de casi todo el día pateando plazas, parques y avenidas, de refugiarnos de la lluvia en los invernaderos del jardín botánico (oh, sí, un cactus-palote) y de cargar provisiones para el día siguiente, nos recomendaron la zona de Argüelles, así que hacia allí fuimos. Y después de una hora dando vueltas buscando por donde no era, y media hora más buscando por donde sí era pero sin encontrar nada...

—Hola, por favor, ¿la zona de los bajos de Argüelles?
—Sí, claro. En esta misma calle, al final. Todo recto. Cuando lleguéis lo sabréis.

Y lo mejor era que habíamos pasado por al lado dos o tres veces... Pero en fin, no estuvo mal la búsqueda. Una vez allí nos metimos en el primer local que encontramos, nos atiborramos de clásicos ochenteros y videoclips piratas, y vuelta pronto hacia el hostal, que había que madrugar... Vale, miento, no había que madrugar tanto, pero tampoco era tan mala idea invertir las horas durmiendo. Al fin y al cabo, el día siguiente prometía ser duro.

—Hay que hacer cola pronto. ¿A qué hora ponemos el despertador?... ¿A las siete?

Caras de incredulidad por aquí, de chiste malo mal contado por allá. Alguien disimula una carcajada... Hasta yo mismo me doy cuenta de lo estúpida que suena la propuesta que acabo de hacer.

. . .

Pasan un par de minutos de las nueve de la mañana. Dos de nosotrod hemos oído el despertador ya despiertos. Los otros dos quizás lo hayan oído, pero nadie lo diría a juzgar por su silencio, sus ojos cerrados, su inmovilidad, y por cómo se agarran la almohada. Pero la táctica de hablar en susurros cada vez menos susurrantes nunca falla, y al cabo de unos pocos minutos más ya estamos todos en pie, esperando turno para la ducha. Salimos a la calle a averiguar si en el precio de la habitación iba incluído el desayuno, pero un local cerrado en el sitio donde deberían darnos de desayunar confirma nuestras sospechas. Menos mal que el que es cauto llega lejos, así que volvimos al hostal a por nuestras provisiones de Chocapic y galletas. Y ahora sí, directos a la cola.

Serían sobre las diez y media, y aún teníamos alguna esperanza de ser los primeros locos frikis grupis impacientes en llegar a la puerta de la céntrica Sala Heineken. Pero no, ya había un grupo de siete u ocho personas allí. Bueno, sólo eran unos pocos, así que supongo que tampoco está tan mal. Por cierto, no me gustaría que nadie de los que nos vieron allí tirados en la acera jugando al UNO e hinchándonos de Chocapics y galletas de chocolate nos tomase por locos frikis grupis raros, así que si alguno de vosotros lee esto, por favor, comprendednos: el precio de la habitación no llevaba el desayuno incluído.

Kit de supervivencia básico para la cola del concierto.

Sí, las horas de espera en la cola se nos hicieron largas y duras, a lo Nacho Vidal, pero no tanto como pensábamos. Las interminables partidas de UNO se encargaron de matar buena parte de esas horas, y el resto se pasó entre charlas, risas, música y cambios de postura para evitar que el culo se nos quedara con la forma de las baldosas y pegado a la acera. El tema de la comida lo solucionó -como casi siempre en estos casos- el simpático payaso Ronald McDonald, después de comprobar con tristeza que en el Burger King de al lado ya no estaba la promoción del menú ahorro. Cabe destacar también el momento de la llegada de los autobuses de las bandas: los técnicos descargando trastos (los españoles con una prudente sudadera, y los nórdicos en manga corta y bermudas); los de Adagio pasando algo desapercibidos; Liv Kristine y Alexander Krull bajando del autobús con su hijo cogido de la mano... Vale, lo admitimos, al principio no nos parecieron ellos. Pero es que a Liv costaba reconocerla sin maquillaje, y Alex llevaba su metro y pico de melena recogido en una trenza, y además... y además estaba mucho algo más gordo rellenito de lo que yo recordaba.

Alex y Liv con su hijo (y su mini-guitarra :D)

En fin, que fueron muchas pero agradables horas, que además sirvieron para ver el concierto en segunda fila, y justo en el centro. Pero ahora tengo sueño, así que la crónica del concierto la dejo para próximas partes. Total, ya llevo una semana de retraso, así que no pasará nada por unos días más.

¡Buenas noches, nosóloheavymetaleros!

Todas las fotos aquí.

Parte II: Adagio
Parte III: Leaves' Eyes*
Parte IV: Kamelot*



*NOTA: Las partes 3 y 4 nunca llegaron a ser escritas por diversas circunstancias, entre ellas el abandono temporal de este blog.

16/3/10

Leo y Poldo: El comienzo

full2.png Leo y Poldo - El comienzo picture by seiseises
(Clic en la imagen para verla más grande)


Os presento a Leo y Poldo. Son dos buenos amigos de toda la vida, heavies de corazón, y muy diferentes el uno del otro; pero son precisamente esas diferencias las que más les unen. Leo es un soñador nato, afable, reservado y de humor inteligente, mientras que Poldo es un vividor, extrovertido, espontáneo y amigo de todo el mundo. Ya los iréis conociendo mejor, y veréis que son buena gente. A partir de ahora me ayudarán con el blog, así que ¡dadles la bienvenida! ;)



Sí, mis queridos lectores: retomo el blog. No sé si para bien o para mal, ni por cuánto tiempo, pero el caso es que me apetece retomarlo. En realidad, jamás tuve la intención de abandonarlo, pero por unas cosas y otras el parón veraniego se ha alargado mucho más de lo que me habría gustado... Pero aquí estoy de nuevo, acompañado de Leo y de Poldo, y de algunos de sus amigos que ya iréis conociendo.

Supongo que lo primero que habréis pensado al entrar en el blog habrá sido algo así como "¿Esto no era más negro que el Black Album? ¿Quién leches ha encendido las luces? ¿Y quién se ha llevado al ninja del título?". No os asustéis, es sólo que empezaba a cansarme de tanto negro. Vale, eso y que el diseño era tan cutre que costaba demasiado disimularlo. Y en cuanto al ninja... bueno, llevaba demasiado tiempo currando a jornada completa, y se ha tomado unas largas -MUY largas- vacaciones. Pero, quién sabe, puede que Leo y Poldo lo inviten algún día por aquí.

Ahora en serio, espero que os guste la nueva plantilla. Me ha costado bastante domarla, y todavía tengo pensados algunos cambios (sobre todo en menús y tal), pero ya los iré haciendo poco a poco. Me gustó la plantilla porque es limpia, clara, y sencilla, pero no estaré del todo satisfecho hasta leer vuestras opiniones (¿Eh? ¿Pilláis la indirecta?).

Voy terminando. Sólo me resta decir que, a parte de la de Leo y Poldo, voy a sacarme de la manga alguna sección más, a retomar -con nuevos nombres- algunas que me gustaban, y a olvidar alguna otra que nunca debí empezar. También tengo la intención de publicar más a menudo, extendiéndome menos, y sobre temas más dispares. Pero claro, eso nunca se sabe, así que no prometo nada.

Me callo ya. Gracias a todos los que no os hayáis olvidado de este rincón; os debo mucho. Deseadme suerte en esta nueva etapa, y recordad que quiero todas vuestras opiniones y críticas sobre el nuevo diseño y rumbo del blog.

Un saludo a todos. Y, aunque no seáis valencianos, ¡felices Fallas! :)
 

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