Capítulos anteriores:
- Parte I: El origen de todo
- Parte II: Un molesto ruido
- Parte III: Ceros por todas partes
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En el capítulo anterior hablé de los primeros instantes de vida del Universo, de la teoría de la expansión inflacionaria y, sobre todo, de lo inconcebibles que son los números del Universo. Pero hay algo que solemos pasar por alto y que, sin embargo, nos concierne bastante directamente. ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué existimos? ¿Seríamos como somos, o simplemente seríamos, si el desarrollo del universo no hubiera sido exactamente como fue?
La respuesta a esto último, al parecer, es un no. En cuanto a las otras dos preguntas, no hay respuesta por ahora. La solución más fácil -y, a decir verdad, la más reconfortantemente egocéntrica-, es pensar que el universo se ha desarrollado como se ha desarrollado para crearnos a nosotros. Obviamente, ésta no es la solución más probable. Otra respuesta, un poco más triste pero más acertada científicamente, es pensar que somos producto de la casualidad, un simple capricho de lo que sea que entendamos por tiempo. Pero hay más opciones, tan probables e indemostrables como las demás. Veamos.
Tras el Big Bang, el Universo adquirió las carácteristicas adecuadas para que pasara lo que pasó. Se formaron estrellas que se agruparon en galaxias, las galaxias se agruparon en cúmulos, y éstos en supercúmulos esparcidos por el cosmos. Y en una de esas innumerables estrellas, en un extremo de uno de los brazos de una galaxia espiral a la que hemos llamado Vía Láctea, estamos nosotros. Y estamos porque las fuerzas gravitatorias hicieron que la materia que orbitaba en torno a esa estrella (que en adelante llamaremos Sol) se agupara por densidades, formando una serie de planetas y otros cuerpos celestes. Y en uno de esos planetas, pasados unos cuantos millones de años, se dieron las condiciones propicias para que se desarrollara lo que entendemos por vida. Los primeros seres unicelulares. Lo que pasó entre aquello y la toma de posesión de Obama, es lo que sale en los libros de texto.
Pero, ¿realmente estamos aquí por casualidad? ¿O era el destino del Universo? Lo siento, tampoco hay respuesta para eso, aunque yo me inclino más por lo primero. A veces nos creemos los dueños del mundo, pero basta haber leído cualquier cosa de astronomía básica para darse cuenta de que no somos nada. O casi nada. Como siempre, voy a dejar hablar a Bill Bryson, y en adelante igual también os pongo fragmentos del gran Stephen Hawking.
"Lo extraordinario, desde nuestro punto de vista, es lo bien que resultó la cosa para nosotros. Si el universo se hubiese formado de un modo sólo un poquito diferente (si la gravedad fuese una fracción mas fuerte o más debil, o si la expansión hubiese sido sólo un poco más lenta o rápida), nunca podría haber habido elementos estables para hacernos a tí, a mí y el suelo en que nos apoyamos. Si la gravedad hubiese sido una pizca más fuerte, el propio universo podría haber colapsado. [...] Y su hubiese sido más débil, no habría llegado a fusionarse en absoluto. El universo se habría mantenido eternamente vacío, inerte, desparramado."
El nacimiento de una estrella, fotografiado por el telescopio Hubble. Si los números de nustro universo hubieran variado, probablemente esta estrella jamás se habría formado.
Y así de curioso es. Si la fuerza gravitatoria hubiese sido, en vez de los 9'98 m/s² que conocemos, de 9'99, el universo habría durado sólo unos instantes antes de colapsarse sobre sí mismo de nuevo. Y si hubiera sido de 9'97, no habría sido suficiente como para que la materia se atrajese y formara las estrellas, y el universo sería sólo una vasta extension de materia esparcida en eterna expansión. Pero sigamos, que ahora viene lo de los universos paralelos, que seguro que os gusta.
"Éste es uno de los motivos de que algunos especialistas crean que puede haber habido muchas otras explosiones, tal vez trillones y trillones de ellas (n.d.r: o infinitas, quién sabe), esparcidas a lo largo y ancho de la imponente extensión de la eternidad, y que la razón de que existamos en esta en concreto es que es una en la que podíamos existir."
Edward P. Tyron, de la Universidad de Columbia, dijo una vez: "Como respuesta a la pregunta de por qué sucedió, ofrezco la humilde propuesta de que nuestro universo es simplemente una de esas cosas que pasan de cuando en cuando". Tiempo después, Alan Guth añadió: "Aunque la creación del universo pudiese ser muy improbable, Tyron resaltó que nadie había contado los intentos fallidos". Toma ya con los científicos. Pero volvamos a los infinitos universos:
"Martin Rees, astrónomo real inglés, cree que hay muchos universos, quizás un número infinito, cada uno con atributos distintos, en combinaciones distintas, y que nosotros simplemente vivimos en uno que combina las cosas de tal manera que nos permite existir en él. [...] Si hay muchos universos, regido cada uno de ellos por un conjunto de números distintos, habrá uno en el que exista un conjunto determinado de números apropiados para la vida. Nosotros estamos en ése."
Y es que, como dije en el capítulo anterior, los números del universo pueden ser muy grandes o muy pequeños, pero siempre son extremadamente exactos y delicados. Como ejemplo, el que nos pone Bryson:
"Rees sostiene que hay seis números en concreto que rigen nuestro universo y que, si cualquiera de esos valores se modificase, incluso muy levemente, las cosas no podrían ser como son. Por ejemplo, para que el universo exista como existe, hace falta que el hidrógeno se convierta en helio de un modo preciso pero majestuoso en comparación (específicamente, convirtiendo siete milésimas de su masa en energía). Con un descenso muy leve de ese valor (de 0'007% a 0'006%, por ejemplo) no se producirá ninguna transformación. El universo consistiría en hidrógeno y nada más. Si se eleva el valor muy ligeramente (hasta un 0'008%), los enlaces serían tan desmedidamente prolíficos que haría ya mucho tiempo que se habría agotado el hidrógeno. En cualquiera de los dos casos, bastaría dar un pellizco insignificante a los números del universo tal como lo conocemos y necesitamos, y el universo no existiría."
Conocemos muchas cosas acerca de nuestro universo, y aún así son una parte insignificante de lo que nos queda por conocer. Hay preguntas que, pese a los esuerzos de muchas personas, siguen sin resolverse, y probablemente muchas de ellas nunca tendrán una respuesta. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Son las más conocidas, pero hay más, muchas más. ¿Somos destino o casualidad? ¿Gracia divina o ciencia? Si el universo existe, ¿cuándo y cómo empezó? O mejor, ¿tuvo un comienzo? Más aún, ¿Qué es lo que entendemos por universo?
En el próximo capítulo, hablaremos (o eso tengo en mente) de la forma y el tamaño del Universo. ¿Tendrá forma de pelota? ¿Una especie de nube dispersa? ¿O quizás una forma con más de tres dimensiones, que no podemos imaginar? ¿Cuanto mide de extremo a extremo, si es que hay extremos?. Por ahora sólo dire algo que ya sabréis: que el Universo, o lo que conocemos de él, es grande. Es muy, muy grande.
Hasta la próxima.
*Partes en cursiva extraídas de Una breve historia de casi todo, de Bill Bryson.
Madre mía, cuanto tiempo sin postear. Yo que quería hacer un par de posts por semana, y entre unas cosas y otras hace semanas que no pongo nada. Y ahora se acercan los exámenes finales, así que tampoco podré dedicar mucho tiempo a esto. De todas maneras, que sepáis que sí que leo vuestros comentarios, que siempre animan, y siempre que puedo me paso yo por ahí a comentar.
En próximos capítulos de esta serie seguiré hablando de cosas del universo en general: agujeros negros, espacio-tiempo, la química del universo, agujeros de gusano, teoría de cuerdas... lo que se me ocurra. Después pasaré a las galaxias, y más tarde concretaré mas aún hablando de las estrellas y su interesante ciclo vital, supernovas y quásares incluídos. Lo que más me cuesta de esto es pensar en cómo conectar todas esas cosas, pero ya saldrá. Por cierto, acepto vuestras sugerencias, así que si queréis que hable sobre algo en concreto, decídmelo y veré si lo puedo conectar.
Bueno gente, un abrazo.
- Parte I: El origen de todo
- Parte II: Un molesto ruido
- Parte III: Ceros por todas partes
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En el capítulo anterior hablé de los primeros instantes de vida del Universo, de la teoría de la expansión inflacionaria y, sobre todo, de lo inconcebibles que son los números del Universo. Pero hay algo que solemos pasar por alto y que, sin embargo, nos concierne bastante directamente. ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué existimos? ¿Seríamos como somos, o simplemente seríamos, si el desarrollo del universo no hubiera sido exactamente como fue?
La respuesta a esto último, al parecer, es un no. En cuanto a las otras dos preguntas, no hay respuesta por ahora. La solución más fácil -y, a decir verdad, la más reconfortantemente egocéntrica-, es pensar que el universo se ha desarrollado como se ha desarrollado para crearnos a nosotros. Obviamente, ésta no es la solución más probable. Otra respuesta, un poco más triste pero más acertada científicamente, es pensar que somos producto de la casualidad, un simple capricho de lo que sea que entendamos por tiempo. Pero hay más opciones, tan probables e indemostrables como las demás. Veamos.
Tras el Big Bang, el Universo adquirió las carácteristicas adecuadas para que pasara lo que pasó. Se formaron estrellas que se agruparon en galaxias, las galaxias se agruparon en cúmulos, y éstos en supercúmulos esparcidos por el cosmos. Y en una de esas innumerables estrellas, en un extremo de uno de los brazos de una galaxia espiral a la que hemos llamado Vía Láctea, estamos nosotros. Y estamos porque las fuerzas gravitatorias hicieron que la materia que orbitaba en torno a esa estrella (que en adelante llamaremos Sol) se agupara por densidades, formando una serie de planetas y otros cuerpos celestes. Y en uno de esos planetas, pasados unos cuantos millones de años, se dieron las condiciones propicias para que se desarrollara lo que entendemos por vida. Los primeros seres unicelulares. Lo que pasó entre aquello y la toma de posesión de Obama, es lo que sale en los libros de texto.
Pero, ¿realmente estamos aquí por casualidad? ¿O era el destino del Universo? Lo siento, tampoco hay respuesta para eso, aunque yo me inclino más por lo primero. A veces nos creemos los dueños del mundo, pero basta haber leído cualquier cosa de astronomía básica para darse cuenta de que no somos nada. O casi nada. Como siempre, voy a dejar hablar a Bill Bryson, y en adelante igual también os pongo fragmentos del gran Stephen Hawking.
"Lo extraordinario, desde nuestro punto de vista, es lo bien que resultó la cosa para nosotros. Si el universo se hubiese formado de un modo sólo un poquito diferente (si la gravedad fuese una fracción mas fuerte o más debil, o si la expansión hubiese sido sólo un poco más lenta o rápida), nunca podría haber habido elementos estables para hacernos a tí, a mí y el suelo en que nos apoyamos. Si la gravedad hubiese sido una pizca más fuerte, el propio universo podría haber colapsado. [...] Y su hubiese sido más débil, no habría llegado a fusionarse en absoluto. El universo se habría mantenido eternamente vacío, inerte, desparramado."
El nacimiento de una estrella, fotografiado por el telescopio Hubble. Si los números de nustro universo hubieran variado, probablemente esta estrella jamás se habría formado.
"Éste es uno de los motivos de que algunos especialistas crean que puede haber habido muchas otras explosiones, tal vez trillones y trillones de ellas (n.d.r: o infinitas, quién sabe), esparcidas a lo largo y ancho de la imponente extensión de la eternidad, y que la razón de que existamos en esta en concreto es que es una en la que podíamos existir."
Edward P. Tyron, de la Universidad de Columbia, dijo una vez: "Como respuesta a la pregunta de por qué sucedió, ofrezco la humilde propuesta de que nuestro universo es simplemente una de esas cosas que pasan de cuando en cuando". Tiempo después, Alan Guth añadió: "Aunque la creación del universo pudiese ser muy improbable, Tyron resaltó que nadie había contado los intentos fallidos". Toma ya con los científicos. Pero volvamos a los infinitos universos:
"Martin Rees, astrónomo real inglés, cree que hay muchos universos, quizás un número infinito, cada uno con atributos distintos, en combinaciones distintas, y que nosotros simplemente vivimos en uno que combina las cosas de tal manera que nos permite existir en él. [...] Si hay muchos universos, regido cada uno de ellos por un conjunto de números distintos, habrá uno en el que exista un conjunto determinado de números apropiados para la vida. Nosotros estamos en ése."
Y es que, como dije en el capítulo anterior, los números del universo pueden ser muy grandes o muy pequeños, pero siempre son extremadamente exactos y delicados. Como ejemplo, el que nos pone Bryson:
"Rees sostiene que hay seis números en concreto que rigen nuestro universo y que, si cualquiera de esos valores se modificase, incluso muy levemente, las cosas no podrían ser como son. Por ejemplo, para que el universo exista como existe, hace falta que el hidrógeno se convierta en helio de un modo preciso pero majestuoso en comparación (específicamente, convirtiendo siete milésimas de su masa en energía). Con un descenso muy leve de ese valor (de 0'007% a 0'006%, por ejemplo) no se producirá ninguna transformación. El universo consistiría en hidrógeno y nada más. Si se eleva el valor muy ligeramente (hasta un 0'008%), los enlaces serían tan desmedidamente prolíficos que haría ya mucho tiempo que se habría agotado el hidrógeno. En cualquiera de los dos casos, bastaría dar un pellizco insignificante a los números del universo tal como lo conocemos y necesitamos, y el universo no existiría."
Conocemos muchas cosas acerca de nuestro universo, y aún así son una parte insignificante de lo que nos queda por conocer. Hay preguntas que, pese a los esuerzos de muchas personas, siguen sin resolverse, y probablemente muchas de ellas nunca tendrán una respuesta. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Son las más conocidas, pero hay más, muchas más. ¿Somos destino o casualidad? ¿Gracia divina o ciencia? Si el universo existe, ¿cuándo y cómo empezó? O mejor, ¿tuvo un comienzo? Más aún, ¿Qué es lo que entendemos por universo?
En el próximo capítulo, hablaremos (o eso tengo en mente) de la forma y el tamaño del Universo. ¿Tendrá forma de pelota? ¿Una especie de nube dispersa? ¿O quizás una forma con más de tres dimensiones, que no podemos imaginar? ¿Cuanto mide de extremo a extremo, si es que hay extremos?. Por ahora sólo dire algo que ya sabréis: que el Universo, o lo que conocemos de él, es grande. Es muy, muy grande.
Hasta la próxima.
*Partes en cursiva extraídas de Una breve historia de casi todo, de Bill Bryson.
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Madre mía, cuanto tiempo sin postear. Yo que quería hacer un par de posts por semana, y entre unas cosas y otras hace semanas que no pongo nada. Y ahora se acercan los exámenes finales, así que tampoco podré dedicar mucho tiempo a esto. De todas maneras, que sepáis que sí que leo vuestros comentarios, que siempre animan, y siempre que puedo me paso yo por ahí a comentar.
En próximos capítulos de esta serie seguiré hablando de cosas del universo en general: agujeros negros, espacio-tiempo, la química del universo, agujeros de gusano, teoría de cuerdas... lo que se me ocurra. Después pasaré a las galaxias, y más tarde concretaré mas aún hablando de las estrellas y su interesante ciclo vital, supernovas y quásares incluídos. Lo que más me cuesta de esto es pensar en cómo conectar todas esas cosas, pero ya saldrá. Por cierto, acepto vuestras sugerencias, así que si queréis que hable sobre algo en concreto, decídmelo y veré si lo puedo conectar.
Bueno gente, un abrazo.