Lo que muchos no osan decir (Wanted)

El fin de semana pasado estuve en el cine con mi hermano y un amigo y, como era un cine pequeño y no había mucha oferta, optamos por ver Wanted en vez de la otra candidata (El caballero oscuro). Lo que es la película, la verdad, no me impresionó gran cosa. Otra más de acción desmedida y -eso sí- aplastantes efectos especiales marca Hollywood.

En cuanto al argumento, es la historia de un joven (James McAvoy) que entra en una hermandad de asesinos para vengar a su padre, antiguo miembro de la hermandad, y para ello cuenta con la ayuda de Fox (Angelina Jolie) y el jefe Sloan (Morgan Freeman). Pero en fin, no os cuento la peli, aunque la verdad es que no es nada del otro mundo. Siendo un poco más explicito, carece totalmente de sentido, aunque es perfecta si lo que quieres es pasar el rato viendo tiros, persecuciones, tiros, explosiones, tiros, coches volando y haciendo piruetas... Y tiros. Y gente capaz de dar efecto a las balas. Y más tiros.

Pero a lo que iba. Hubo una escena, más o menos al principio, que me llegó al alma. Tanto que os la voy a poner. Os pongo en situación. Wesley es un oficinista que está, por expresarlo sutilmente, hasta las narices de todo. Tiene un trabajo estresante, con una jefa acosadora que lo hace mas estresante aún, los trenes pasan junto a su ventana todo el día y toda la noche impidiéndole dormir, tiene un sueldo ridículo y, para colmo, su mejor amigo y compañero de trabajo se tira a su novia. Y él lo sabe. Un día, mientras esta en el supermercado recargando sus provisiones de pastillas anti estrés, se ve inmerso en un tiroteo que acaba con él sentado en un coche de lujo junto a una escultural asesina llamada Fox, que le dice que el hombre que les persigue fue quién mató a su padre, que él tiene que vengarlo, y que para ello le han ingresado una pequeña fortuna perteneciente a su padre: tres millones y medio de dólares. El vídeo que os dejo es lo que ocurre en la siguiente escena (perdón por la calidad de sonido):

¿No os ha llegado al alma? Una terna (ya basta de tanto par) de aclaraciones: El "capullo" muerto al que se refiere la jefa (la gorda) es su padre, el chaval que se come el teclado es su mejor amigo (sí, el que se tira a su novia), y las teclas que salen volando forman la frase "Fuck you" en la versión original (no sé que versión me he bajado, pero sale una cosa muy rara, ruso por lo menos).

Pues eso, un discurso épico, un soliloquio desde las entrañas que desde que se inventaron las oficinas y algunos tipos de empresas permanece encadenado a medio camino entre la boca y el alma de muchísimos empleados de éstas en todo el mundo, pues conllevaría con toda seguridad el despido sin finiquito o, por decirlo más claramente, una patada en el culo.

Nada más, salvo dedicarle este post a mi gran colega Jose, con quien vi la película (a él sí le gusto).